Hace unos días Ion y yo estábamos creando una web para un cliente, cuando nos llamó dos de sus hermanas. Ambas estaban en un bar, frente a ellas se veían tres cervezas de medio litro por persona, estaban borrachas, era evidente por el habla y la cantidad de “te quiero” que soltaban. Nos preguntaron que tal estábamos y respondimos “súper, emprendiendo” y les devolvimos la pregunta, a lo que la respuesta fue: “Aquí, escapando de casa, hoy sin niños.” Al terminar la conversación llegué a la conclusión de que la mayoría de mujeres que conocía utilizaban el alcohol para desahogarse, para llorar o no pensar en lo poco que les gustaba sus vidas. Entonces me auto-examiné preguntándome cuando bebía, en que momento el alcohol era parte de mi vida. Y lo que descubrí fue que bebía para celebrar un nuevo capítulo o un nuevo cliente, cuando terminaba de escribir un libro o después de un día productivo. Y eso me llevó a este punto en el libro:

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Este es un punto en el que hago gran hincapié en mi curso “Como Escribir un Libro de Autoayuda en 30 días”, celebrar es primordial, recompensarse con momentos únicos hará que no todo sea subir las escaleras de la Mujer Independiente.

Las recompensas por supuesto deben tener sentido y sobre todo permitírtelas hasta que hagas que cada cosa que sucede en tu día sea una recompensa.

Recuerdo en 2014, cuando enviaba unas 20 propuestas a líderes de negocios para crearles paginas web y llevar sus marcas personales online mientras Ion preparaba y ajustaba nuestra web para recibir a los clientes, nos despertábamos a las 12 de la mañana porque nos habíamos acostado a las 6 o 7 de la mañana, levantándonos solo porque el hambre nos llamaba. Entonces, al conseguir un cliente íbamos a una yogulería y pedíamos un yogur para dos como recompensa para un par de horas después volver al ruedo. Aquel año sucedió en una sola habitación donde solo recuerdo los días en los que habíamos ido a por un Kebab para celebrar o a por un Yogur. Todo lo demás es borroso. ¿Por qué? Porque recordamos más las recompensas que el trabajo duro. Cuando decidimos irnos a Italia, comenzamos a recompensarnos una vez al mes, luego un año después comprendimos que cada día podíamos comer algo diferente, nuevo y disfrutarlo durante el día, hoy cada día tenemos un regalo, ya sea una botella de Champagne, chocolates nuevos, un concierto, ir al cine, ver una serie, hacer el amor o ir a pasear durante horas. Entonces la vida se convirtió en una recompensa diaria, no en trabajar para obtener recompensas. ¿Y sabes que sucedió? Que casi cada día obtenemos ingresos porque estamos relajados gracias a recompensarnos.

En este punto dirás: ¡Jacqueline quiero recompensarme! ¿Pero con qué?

Ohhh, existe tantas maneras de recompensarte, pero es importante que no conviertas tu Independencia en pagar esas recompensas, sino que las recompensas entren en tu vida.

Una cosa que aprendí leyendo con Ion el libro “El Millonario de al lado” fue sobre el gasto diario. ¿Sabes cuanto gastas cada día? Es muy fácil saberlo, lo puedes calcular con tus 6 meses de menstruación.

Lo que harás será el siguiente calculo:

1 mes de menstruación/30 días = Cantidad diaria de gastos.

Ahora a la Cantidad diaria de gastos réstale lo que pagas por casa y gastos extra (agua, luz, seguro, internet…)

Lo que te sobra es lo que tienes para comer donde incluirás tus recompensas.

Cuando este calculo llegó a nuestra vida fue: waoooo, tenemos ese dinero para cada día. De pronto cada 24h es primordial en que lo gastas, que pagas y sobre todo que vives. Si hoy quieres por ejemplo comprar una botella de Champagne, pero ya pagaste algo más, por lo que sobresale de tu presupuesto, entonces puedes pagarlo mañana o restar lo que gastaste hoy al día de mañana.

Lo primordial es que cada día sientas que puedes recompensarte y que está dentro de tu presupuesto.

Nos dimos cuenta de que esa manera podíamos pensar día a día, no comprar para tener una reserva, sino vivir día a día y por lo tanto ser eficientes cada día.

La frase “vive como si fuera el ultimo día de tu vida”, me gusta transformarla y decir: “vive como si cada día fuera el primero de tu vida”.

Al hacer que cada día sea una recompensa nos hace estar felices, al igual que te expliqué en el capitulo de hacer realmente lo que te gusta cada día.

A las mujeres se nos ha educado para pensar en ¿Qué falta en casa? ¿Qué puedo comprar para toda la familia? ¿Cómo puedo recompensar a mi familia? Lo cual nos hace ser la ultima persona que recibe recompensas en la casa. Yo misma no recuerdo haberle regalado nada importante a mi madre, ni siquiera en un cumpleaños, solo un cuadro y un ramo de rosas cuando alcancé la Independencia y me fui de casa definitivamente. De hecho, Ion y yo no nos hacemos los regalos tradicionales anuales, porque cada día nos hacemos regalos. Como Mujer Independiente es crucial cada día regalarte, es el mejor tratamiento de belleza y felicidad, regalarte lo que quieres cada día.

Te sorprenderá lo rápido que se eliminará la espera de que llegue el fin de semana, porque cada día será como tal y no existirán los lunes.

Por lo que ahora, hazte cada día la siguiente pregunta: ¿Con qué voy a recompensarme hoy?

Para ayudarte a que sea mas sencillo, he preparado un cuestionario para que tus respuestas te ayuden a encontrar que cosas te gustaría probar cada día. ¡Adelante! Responde y encuentra tus recompensas:

Ejercicio Mujer Independiente Como Ganar mas que un Hombre Libros Famosos VIVOS
Día 13. Celebrar cada Resultado 6

Las respuestas son tus recompensas, como ves son cosas que añadir dentro de nuestra vida cotidiana y que puedes permitirte si sabes cuanto puedes gastar para recompensarte. Una de las cosas que decidí junto a Ion, fue que queríamos mas recompensas que gastos y esas es la razón por la que alquilamos una casa al mes, con los gastos incluidos y viajamos a países que económicamente nos permiten una botella de Champagne o Brandy de 5 años al día sin alterar nuestro presupuesto diario. Por lo que pasamos al siguiente punto.

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“No todo en la vida es disfrutar”. ¿Cuantas veces te han dicho esta frase? ¿Cuantos recuerdos tienes acerca de estar jugando, sentir tu corazón palpitar y como el sudor se pegaba a tu pelo para de pronto oír como tu madre te llamaba y te decía que te estuvieras quieta? ¡No! ¡Estate quieta! ¡Deja de jugar! Esta frase nos la dicen desde niñas y llega un momento en que nos creemos realmente que tenemos que parar de jugar.

Uno de los recuerdos que mas me gusta rememorar es aquellas tardes en las que me sentaba en el suelo, sacaba mis baúles de plástico azul y dorados y comenzaba a sacar a mis Barbies y Kens, los vestidos que coleccionaba de cada país y creaba historias, llamaba a cada muñeca con diferentes nombres y podía pasarme horas jugando. Admito orgullosamente que jugué a las Barbies hasta los 16 años, luego me pareció que podía seguir jugando escribiendo solo que mis personajes femeninos no son tan delgadas, esa es la razón por la que mis historias son tan reales, porque al escribir sigo siendo esa niña en el suelo inventando una nueva situación entre sus Barbies.

Las obligaciones supuestas que debía tener por ser adulta, dejaron de recompensarme con aquel momento de niña.

Hace unos días escuché que mi sobrino ha suspendido varias asignaturas y por ello será enviado a estar un mes en casa de una de sus tías mas serías, donde no hay recompensas, sino trabajo duro. Así nos hacen adultos y así nos olvidamos de las recompensas, de pronto un día tienes obligaciones y las recompensas son para escapar de ellas.

Por lo que, ¿Cómo convertir las obligaciones en recompensas? Muy fácil, no teniendo obligaciones.

“¡Eso es imposible, Jacqueline!” Puede que estés diciendo ahora mismo negando la cabeza con este libro entre tus manos. Y yo te respondo que sí es posible, como adulta las obligaciones las decides tú, nadie te obliga a ello. Las obligaciones no existen, en realidad son decisiones.

Cuando mi hermano quedó inválido con 15 años tuve que tomar una de las decisiones mas importantes de mi Independencia. Había sido la madre de mi hermano desde que tenía 4 años, por lo que verlo acostado en la cama del hospital, con mi madre atenta a como respiraba, se movía o si necesitaba agua, me hizo verme a mi misma si tomaba la decisión que había tomado desde los 11 años, cuidarlo, ser su segunda madre. Al principio no fui consciente de que tuviera que elegir, hasta que Ion y yo decidimos buscar una casa que alquilar en Barcelona, cerca de mis padres y mi hermano. La chica de la agencia nos presentó un apartamento donde decía que era perfecto para una vida en pareja. Era un apartamento horrible, con una escalera para llegar a la cama con la cual me golpeé, la ventana daba a los tejados sucios y desordenados típicos de España y no había luz ni lugar donde emprender con nuestras computadoras, la suma era desorbitada, tendríamos que trabajar para pagar nuestros gastos sin recompensa, pero el hospital de mi hermano estaba cerca.

Entonces de camino a casa de mis padres una frase de la mujer Independiente que deseaba ser me habló: “tú no quieres vivir aquí, no quieres asumir la obligación de cuidar a tu hermano”. Miré a Ion y le dije:

–Vámonos, quiero vivir lejos de ellos, no quiero cuidar a mi hermano, no es mi hijo.

Una semana después nos fuimos a Las Palmas de Gran Canarias donde era mas económico y además hacía calor todo el año, perfecto para no tener demasiados gastos y construí mi Independencia.

Según la sociedad, mis familiares y conocidas mi obligación era ser la hermana mayor y segunda madre, quedarme, apoyar a mi familia y sacrificar mis 22 años, pero decidí que no deseaba esa obligación, pensé egoístamente y gracias a ello mi vida es como yo deseo y soy Independiente, de la otra manera seguramente habría tenido que sobrevivir con el dinero de dos hombres.

Esta experiencia la usé para mi libro “Te Quiero con Helado” y me enseñó que, si yo fui capaz de no asumir la obligación de cuidar a un niño minusválido, tú puedes saltarte cualquier obligación, porque es DECISIÓN.

Sé que duele, mucho, pero por la educación que nos han inculcado, por lo que tienes que pensar como una Mujer Independiente y que solo vas a tener una vida, es tuya, de nadie mas, no tomes tus años y se lo des al cuidado de otra persona, SÉ FELIZ, HAZ DE TU VIDA UNA RECOMPENSA.

Mi hermano está bien, no me necesita ni yo a él, seguimos siendo esos dos niños sentados atrás en el coche y que pasaban los fines de semana solos comiendo pizza congelada y viendo películas en Disney Channel. Por lo que no aceptar una Obligación no hará que alguien no te quiera, al contrario, podrás hacer más por esa personas si eres Independiente y no un constante recordatorio de que te sacrificaste por esa persona, lo cual envenena cualquier relación.

Ahora que sabes que no existen las Obligaciones, vamos a examinar aquellas que crees tener y buscarles una solución, eliminar y sustituirlas por Recompensas. ¡Uhhh espero que estés emocionada porque dejarás de tener Obligaciones en tu vida y a Gozar todo lo que haces! ¡Empecemos!

Voy a dejarte un ejemplo de obligaciones que he eliminado de mis clientas y míos propios para que comprendas lo fácil y liberador que es este ejercicio:

Recompensa que Sustituye a Obligaciones
Día 13. Celebrar cada Resultado 7
Ejercicio Mujer Independiente Como Ganar mas que un Hombre Libros Famosos VIVOS
Día 13. Celebrar cada Resultado 8

Recuerdo en Turquía que Ion y yo conocimos a una de nuestras vecinas que resultó ser rusa, era musulmana y quise saber más acerca de como se siente la mujer bajo la ley de Alá. Entonces me explicó lo siguiente, lo cual Ion tradujo:

—Si un hombre dice que esto es de color negro, y tú sabes y ves que es blanco, tú tienes la obligación a aceptar que es negro porque lo dice el hombre.

¡La obligación! No supe que decirle a una mujer que cree que hacer caso a su marido es una obligación.

Si pasamos a la religión cristiana, tenemos a mi suegra, la cual cree tener la obligación de cuidar a sus hijas y de esa manera ellas sentirán que la obligación de cuidarla a ella de mayor porque ella cumplió su obligación de madre.

¡Obligación de madre! Nosotros hemos decidido no tener esa obligación y por lo tanto les insistimos a nuestras madres que sean Independientes para no esperar que alguien les cuide y vivir limitadas.

En la religión judía las mujeres tienen la obligación de mantenerse en el celibato si su marido muere, de no mostrar su cabello ni ser tocada por otro hombre.

¡Obligación de no tener orgasmos!

Las mujeres Ortodoxas no tienen voz ni voto, si el marido quiere hijos, abren sus piernas y la inseminan por que es su Obligación darles tantos hijos como ellos quieren. ¡Su obligación! Cuando la tía de Ion me dijo esto expliqué a su tío que es mi vagina y yo decido, me dijo “Mujer no normal”.

Las mujeres Testigos de Jehová están obligadas a aceptar infidelidades, maltratos e insultos de sus maridos y en caso de que lo denuncie dentro de la religión, un grupo de hombres hablará con la mujer obligándola a que perdone al marido, ya que es imperfecto. ¡Obligadas a perdonar! ¿Comprendes que nada de esto son obligaciones? Con o sin religión, a las mujeres se nos ha hecho creer que tenemos que tomar decisiones porque alguien más no dice que es una Obligación. Si buscas en Google ¿cuales son las obligaciones de una mujer? Verás que todo está basado en religión.

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Y yo me pregunto, ¿cuales son las recompensas? Ahora, mientras estamos vivas, comprendo si eres religiosa y crees en la vida después de la muerte. Pero ¿qué sucede con esta vida tan maravillosa? Si estás leyendo este libro es porque quieres tu Independencia en esta vida, no en el cielo, el paraíso o en la siguiente reencarnación. Por lo que date recompensas, goza tu vida. Y sabiendo esto ya podemos pasar al siguiente capítulo, recuerda no dar pie al siguiente capítulo sin haber entendido cuales son aquellas cosas que crees que son Obligaciones.

Puede que llores en este capítulo al despréndete de aquello que crees que debes hacer porque así te lo dice todo el mundo, pero recuerda que nadie vivirá tu vida, solo tú. Nadie te hará Independiente, solo tú. Por lo que recompensare tú, ya que nadie mas lo hará.

¡Ahora sí! ¡Siguiente!